¡Gracias Por Todo!

¡Gracias Por Todo!

Quiero iniciar estas palabras recordando a la doctora Patricia Hernández y a la instrumentista de quirófano Nancy Paola López, ambas empleadas del hospital que fallecieron víctimas del COVID-19. Fui testigo de las muestras de dolor que manifestaron sus compañeros en los ratos de oración, dirigidos por las Hermanas Dominicas tras tener conocimiento de sus muertes.

También quiero agradecer a todo el personal del hospital el esfuerzo que vienen realizando desde que empezó la pandemia. Doy fe de las sonrisas que les dirigen a cada paciente, a pesar del cansancio que acumulan después de tantos meses con mascarillas. Cuando usted esté leyendo estas palabras, seguramente sigamos con el virus entre nosotros, por lo que le ruego que tome todas las medidas de precaución que ya conoce de sobra, pues haciéndolo ayudará a los hospitales a estar más holgados en instalaciones y personal.

Aprovecho esta tribuna tan especial para despedirme de todos ustedes: regreso a la Madre Patria. Después de seis años de trabajar en esta bendita institución, la Providencia ha decidido trasladarme de nuevo a España de donde salí hace 11 años. Mis palabras hacia la Bene y hacia Guatemala sólo pueden ser de agradecimiento por tanto que me han dado. En estos años he crecido mucho como profesional y como ser humano. Guatemala es un país muy especial: nadie puede marcharse de aquí sin un pellizco en el corazón. Y, así nos marchamos mi familia y yo.

Extrañaré los tamales, escuchar “Luna de Xelajú”, hablar con los chapines acerca de cualquier cosa, La Antigua… en fin, tantos recuerdos y tantas personas que es imposible relatarlas en un solo párrafo.

Me voy con la satisfacción de haber dejado una institución mejor de la que me encontré. Con un equipo de gerentes y una Junta Directiva bien orientados hacia el crecimiento racional de la Bene, el hospital y el club. Allá donde estemos, mi familia y yo seremos unos excelentes embajadores de Guatemala y rezaremos por ella. Les dejo encomendados a la Madre de Dios, en su advocación de la Virgen del Pilar, que tantos milagros ha hecho en este hospital. Un fuerte abrazo.

Por: Lic. Ignacio Lillo Gallardo

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