Doña Ana, recibe cirugía intervencionista TAVI

Doña Ana, recibe cirugía intervencionista TAVI

Ana Luz de Rivadeneira, viuda con 4 hijos y 9 nietos, de origen colombiano, pero con más de 60 años de residir en Guatemala, casada con un guatemalteco el cual conoció trabajando en las Naciones Unidas, es una señora muy carismática, jovial y de espíritu alegre que siempre ha confiado en la voluntad de Dios y por ende en los médicos que él ha puesto en su camino.

Doña Ana nos cuenta un poco de su experiencia, siendo una paciente con 92 años, a la cual se le realizó con éxito el reemplazo de válvula cardiaca aórtica por catéter (TAVI o TAVR).

¿Al tener el diagnóstico, cómo fue para usted recibir la noticia?

Ya esperaba una noticia de este tipo, por mi serie de desmayos, al recibir el diagnóstico me confirmaron que tenía la válvula aórtica bastante tapada. Mi nieta, que es doctora, me aconsejó consultar con el médico Edgar Illescas, quién coincidió con el panorama brindado. Mi primer pensamiento fue tomarlo con calma y natural, confiando en las recomendaciones del doctor, quien nos explicó cómo sería todo el procedimiento.

¿Por qué tomó la decisión?

La tomé porque era eso o no hacer nada. Mi esperanza de vida era muy corta y cuando el doctor me consultó, de inmediato le dije que lo haría si el procedimiento me daría calidad de vida para los años que Dios me diera.

Mi familia estuvo a mi lado en todo momento, fue un proceso de confianza y consenso, pero de respeto hacia la decisión que tomé.

¿El día de la operación, coméntenos un poco más de su experiencia?

Al llegar al hospital yo estaba tranquila, confiando en Dios y en los médicos. Ya sabíamos que había todo un equipo de médicos dando seguimiento a mi procedimiento. En El Pilar todo el personal fue sumamente atento y se encontraba pendiente de mi proceso. Estuve 5 días hospitalizada, 3 de ellos en unidad de cuidados intensivos y aunque al principio me sentía débil e insegura cada día mejoraba. Hoy me siento feliz y en plena recuperación.

“Doy gracias a Dios, al equipo médico que me atendió, al personal hospitalario y administrativo del Hospital El Pilar, así como a nuestros amigos y familiares que oraron y mostraron su solidaridad en estas circunstancias” – Doña Ana

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