Imagina que el vaso sanguíneo es como una manguera por donde fluye el agua. Si algo obstruye la manguera, el agua no puede pasar bien. En el cuerpo, esto puede causar problemas como dolor, hinchazón y, en casos graves, puede llevar a complicaciones serias, como un ataque al corazón o un derrame cerebral.
La trombosis es cuando se forma un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo, lo que puede obstruir el flujo de sangre. Esto puede ocurrir en venas (trombosis venosa) o en arterias (trombosis arterial) y según el Dr. Javier Duarte, Cirujano vascular y endovascular, existen 3 factores de riesgo principales:
- Lesiones Vascuales: Pacientes con catéteres, marcapasos o fracturas están en riesgo, ya que estas situaciones pueden dañar los vasos sanguíneos y facilitar la formación de coágulos.
- Enfermedades Congénitas: Condiciones como trombofilias, trastornos de coagulación y alteraciones genéticas predisponen a las personas a desarrollar trombosis, afectando la forma en que su cuerpo maneja la coagulación sanguínea.
- Estasis Venosa: La sangre estancada, o estasis venosa, es uno de los factores más preocupantes. Esto ocurre en situaciones como la inmovilización prolongada o la falta de movimiento, lo que puede aumentar significativamente el riesgo de trombosis.
Los síntomas más comunes de la trombosis en las extremidades inferiores son el dolor, hinchazón, tensión de los músculos, una diferencia notable en el diámetro de las piernas y cambio en su coloración. En casos de tromboembolia pulmonar puede presentarse disnea o falta de aliento, taquicardia, sensación de ahogo y en los peores casos ahogamiento y pérdida de la conciencia.
La prevención de episodios trombóticos en pacientes hospitalizados puede llevarse a cabo mediante dos estrategias clave:
- Estrategias Mecánicas: Si el paciente no requiere encamamiento absoluto, es fundamental fomentar la movilidad y el movimiento regular. En casos donde el paciente debe permanecer en cama, se recomienda el uso de medias de compresión hasta la rodilla para ayudar a mejorar la circulación sanguínea y reducir el riesgo de trombosis.
- Estrategias Farmacológicas: La administración de anticoagulantes es esencial para prevenir la formación de coágulos en la sangre. Estos medicamentos ayudan a mantener la fluidez de la sangre y a reducir la probabilidad de trombosis en pacientes en riesgo.
El conocimiento y la prevención son nuestras mejores herramientas en la lucha contra la trombosis; cuidemos nuestra salud y movámonos hacia un futuro más seguro.