“Para prevenir el cáncer de mama solo hace falta tomarse un día”

Soy mas fuerte de lo que imaginaba

Judith estuvo demasiado ocupada en todo, pero desocupada en ella. Dedicada a trabajar desde los 19 años y surfeando en las complejidades de la maternidad con sus dos niños; era de esperarse que entre su itinerario no encontrase tiempo para sí y realizarse sus chequeos preventivos debido a que su abuela y su madre tuvieron cáncer de mama. Pero el cáncer no esperó a ese hueco en la agenda y llegó antes de lo esperado a sus 44 años.

Acudió a consulta después sentir una raya en el pecho durante varios meses. Cuando su médico le realizó una biopsia supo que llevaba de dos a tres años con un cáncer de mama que ahora estaba en fase 3A.

Con litros de hielo cayendo sobre ella al recibir la noticia habló con su esposo y tomaron una decisión: enfocarse en dos cosas; la primera, quitar el cáncer; la segunda, hacer todo lo que estuviera en sus manos para que no regresara. Ese foco le ayudó a mantener su positivismo durante toda su travesía. Un mes después de su operación inició su tratamiento. Ocho quimioterapias con síntomas secundarios que duraron hasta nueve días y luego radioterapia cada veintiún días.

Toda enfermedad toca a la familia, pero ninguna como el cáncer. Para Judith dolió más ver que su enfermedad lastimó a su familia, que la propia enfermedad. Ahora tiene las cosas claras: lo mejor para ella y quienes ama es cuidarse y asegurarse de estar bien. Para ella todo puede esperar ahora, menos su familia y su salud.

En abril terminó sus radioterapias y lo celebró con globos, flores y champagne. Ahora se encuentra en la tercera fase del tratamiento, el bloqueo hormonal, un tratamiento de cinco años. Al finalizarlo, podrá decir que es sobreviviente de cáncer, peroJudith vive en el futuro y ella ya está curada.

Actualmente, Judith, además de su trabajo en publicidad, se dedica a crear consciencia sobre la importancia de prevenir el cáncer de mama, asegurando que solo hace falta tomarse un día para hacerlo. Para ella, si con esta nota sale una cita al ginecólogo, entonces habrá cumplido su misión.

«La enfermedad te cambia, te enseña a valorar lo que realmente importa…» Escucha el valiente testimonio de Judith Cobo.

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