Hablemos del Cáncer infantil
El cáncer infantil es una de las batallas más difíciles que un niño y su familia pueden enfrentar, pero cuando se detecta a tiempo, la esperanza de una cura crece exponencialmente. La detección temprana en cáncer infantil es, por tanto, un pilar fundamental para mejorar las tasas de supervivencia y la calidad de vida de los pequeños pacientes. Este enfoque permite intervenir en las etapas iniciales de la enfermedad, donde los tratamientos son más efectivos y menos invasivos, marcando la diferencia entre una oportunidad de recuperación y un desenlace adverso.
Los síntomas del cáncer infantil pueden variar ampliamente dependiendo del tipo de cáncer, pero es crucial estar atentos a las señales de alarma que pueden indicar la presencia de la enfermedad. Detectar estos síntomas a tiempo y consultar con un pediatra, quien actúa como el primer filtro para una detección temprana, puede marcar una gran diferencia en el tratamiento y pronóstico. A continuación, se detallan algunas señales de alerta que requieren atención inmediata:
- Cambios en la actividad física del niño, acompañados de cansancio o somnolencia excesiva.
- Pérdida de apetito prolongada sin explicación aparente.
- Palidez en la piel o mucosas.
- Aparición de masas o bultos en cualquier área del cuerpo.
- Dolores óseos persistentes o inexplicables.
- Dolores de cabeza intensos que interrumpen el sueño nocturno.
- Visión borrosa o presencia de un reflejo blanco en los ojos.
- Dificultad para respirar o respiración irregular.
“Quitándome la bata blanca, como padres queremos lo mejor para nuestros hijos y exagerar no siempre está de más. Debemos conocer a nuestros hijos, sus hábitos, su estado de ánimo habitual y reconocer cuando algo está mal. Cuando tenemos la sensación de que algo no va bien hay que buscar ayuda” asegura el Dr. Gerson Morales, hematoncólogo pediátrico, parte del equipo H-OncoKids.
A diferencia del cáncer en adultos, el cáncer infantil no es prevenible y no existen factores de riesgo claramente definidos. Sin embargo, como padres, podemos tomar medidas para promover un entorno saludable que favorezca el bienestar general de nuestros hijos. Esto incluye ofrecerles una alimentación balanceada, rica en nutrientes y libre de azúcares refinados y alimentos ultraprocesados. Además, es recomendable reducir la exposición a productos químicos y tóxicos dentro del hogar, como pesticidas y limpiadores agresivos, creando así un ambiente más seguro para su desarrollo y salud. Aunque estas acciones no garanticen la prevención del cáncer, contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la salud general de los niños.
¿Cómo apoyar a los niños con cáncer?
Recibir un diagnóstico de cáncer infantil es una experiencia devastadora para cualquier familia, y puede generar una montaña rusa de emociones, desde el miedo y la incertidumbre hasta la esperanza y la resiliencia. Sin embargo, más allá del tratamiento médico, el apoyo emocional y psicológico es fundamental para el bienestar del niño y su familia durante todo el proceso. Es esencial crear un ambiente de amor, comprensión y contención, asegurándose de que el niño se sienta seguro y acompañado en cada etapa de su tratamiento.
El proceso de hospitalización es una parte inevitable del tratamiento para muchos niños con cáncer. La idea de que un hijo sea ingresado en un hospital puede ser angustiante tanto para los padres como para el niño, pero con una preparación adecuada, se puede mitigar el estrés y crear un ambiente más seguro y cómodo para el pequeño. Aquí hay algunas estrategias clave para apoyar a los niños en este proceso:
- Hablar abiertamente con el niño: utilizando palabras adecuadas para su edad, tanto el oncólogo como las psicólogas infantiles que lo acompañan al dar el diagnóstico a la familia y al paciente, explicarán la enfermedad, el tratamiento y los síntomas posteriores a este.
- Prepararlo para lo desconocido: puede ser aterrador llegar a un lugar nuevo donde te quedarás por un tiempo prolongado, por lo que es recomendable darle un recorrido por el área, conocer a los doctores y enfermeras que serán parte de su estadía y explicarle qué sucederá allí.
- Involucrarlo en la preparación: permitirle que elija su pijama favorita, una manta o peluche para llevar consigo.
- Ofrecer apoyo emocional continuo: es vital validar sus emociones y sentimientos, alentándolos a expresar sus miedos y frustraciones. Para ello, en la unidad H-OncoKids se encuentran las psicólogas de Vida Infantil.
- Fomentar el juego y la diversión: fomentar actividades recreativas como el dibujo, la lectura, ver películas o jugar con sus juguetes favoritos puede ayudar al niño a mantenerse más anímico y distraído ante la situación.
- Servicio de escuela: otra alternativa de recreación y entretenimiento es contratar un servicio de escuela a domicilio para que visite al paciente y realice con él activides divertidas o manualidades.
Preparar al niño para una hospitalización durante el tratamiento del cáncer no solo implica la preparación física, sino también emocional. Es fundamental garantizar que se sientan amados, seguros y respaldados en todo momento. A través de una comunicación abierta, una rutina coherente y apoyo constante, podemos hacer que la experiencia de hospitalización sea lo menos aterradora posible y, en su lugar, un espacio donde estos guerreros se sientan protegidos y respaldados mientras reciben el tratamiento que necesitan para su recuperación.