¿Cómo Reiniciar la Actividad Física Después de COVID-19?

La experiencia acumulada en mas de 2 años de pandemia de COVID-19, sugiere que incluso después de cuadros leves de infección por SARS-COV2, los pacientes pueden experimentar un período prolongado de recuperación, sobre todo, en lo referente a retomar la actividad física.  Es más, algunas secuelas, como pulmonares, cardiacas, psicológicas, y otras, pueden dificultar este proceso.

Los beneficios de realizar actividad física de manera constante y regular están ampliamente establecidos, pero, ¿existe algún riesgo potencial de la misma después de haber presentado COVID-19?.

La primera preocupación es la posibilidad de presentar daño cardiaco, debido a que hacer ejercicio en presencia de miocarditis se asocia a aumento de complicaciones.  La mayor parte de los datos relacionados con esta complicación provienen de pacientes que fueron hospitalizados, y los reportes varían desde 14 hasta 60%.  Algunos estudios han documentado hasta un 30% de evidencia de miocarditis leve y transitoria en pacientes leves y sintomáticos.

Otras posibles complicaciones se relacionan con cuadros de tromboembolismo pulmonar y de alteraciones de tipo emocional, como consecuencia secuela de la infección, entre otras menos frecuentes.

En todo caso, la recomendación de los expertos es que antes de reiniciar la actividad física, el paciente se haga evaluar por su médico de confianza para determinar la mejor manera de hacerlo, y siempre después de al menos una semana de estar asintomático.  Sobre todo, si el cuadro ha sido moderado a severo, o si aún siendo leve, se han presentado síntomas que sugieran daño cardiaco (dolor de pecho, palpitaciones, falta de aire, síncope, entre otros).  Además, se debe tener la capacidad de hacer las actividades cotidianas sin mayor dificultad, y también, de caminar por 500 metros en una superficie plana, sin sentir fatiga o falta de aire (aunque es necesario considerar la condición física del paciente previa a la infección).

Por otro lado, se debe evaluar la posibilidad de que el paciente pueda presentar síndrome de COVID prolongado (“Long COVID”), de acuerdo con el criterio del médico que esté asesorando al paciente.

Es necesario prestar atención a la posibilidad de que el paciente desarrolle complicaciones pulmonares, aunque la falta de aire y tos pueden requerir varias semanas para resolverse.  Si esto se sospecha, debemos contar con la guía de un neumólogo.

Una vez que tenemos la confianza de que ya estamos listos para reiniciar la actividad física, podemos planearlo por etapas, una semana para progresar en el nivel de intensidad.  Toda vez que el paciente lo tolere, se puede seguir avanzando.

Para ayudarnos en el proceso, existen una serie de recursos que nos pueden guiar, como los siguientes:

Recordemos que siempre es mejor la actividad física cuando se transforma en un hábito saludable y se realiza de manera constante y regular a largo plazo, y más aún, si contamos con la asesoría de un profesional.

 

Por: Dr. Juan Pablo Moreira-Médico Internista y Endocrinólogo. 

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