En un hospital siempre hay factores que suman al momento de obtener un resultado satisfactorio en el tratamiento de sus pacientes y en el siguiente caso se demostró que el tiempo jugó un papel primordial en la vida de un paciente.
El afectado tuvo la fortuna de ser atendido por un equipo multidisciplinario de profesionales que actuaron con la mayor eficiencia para salvarle la vida. Al final, todo el personal es parte de la atención oportuna y de calidad. El líder del abordaje de esta emergencia fue el Dr. Edgar Illescas, Cardiólogo Intervencionista.
El caso dio inicio con la consulta de un paciente masculino de 47 años, aparentemente carente de factores de riesgo típicos como la diabetes, la hipertensión, dislipidemias, únicamente un antecedente de tabaquismo durante un par de años en la juventud. Estaba haciendo actividad física cuando súbitamente presenta un dolor precordial opresivo lancinante, asociado a sudoración intensa y llegó con menos de una hora de evolución a la emergencia del hospital.
Se acercó en muy mal estado general. Se le tomó un electrocardiograma y se hizo un diagnóstico de infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST. Esta es la emergencia cardiovascular donde el tiempo es fundamental. Por esa razón, el protocolo de Código Infarto se activó a todo el equipo, y en ese instante, se tenía menos de una hora para cumplir con los tiempos internacionales.
El paciente tuvo que ser llevado a la sala de cateterismo cardíaco en menos de una hora, por la situación actual con todas las medidas de higiene requeridas entre ellas usar los trajes blancos. Durante su traslado, antes de comenzar el procedimiento, el paciente presentó una muerte súbita. Se llama “abortada” porque se iniciaron maniobras de reanimación cardíaca con masaje precordial y se utilizó una descarga eléctrica para revertir el ritmo que tenía el paciente.
Luego en la emergencia se hizo el procedimiento mínimamente invasivo en el que se utilizaron catéteres aproximadamente de 2 mm de diámetro. Se llegó al corazón por medio de la mano y se observó una oclusión del 100 por ciento de la arteria principal que da la irrigación del 80 por ciento del corazón. En esta arteria después de la oclusión se originaban dos ramas importantes y exitosamente se le puso un stent coronario (dispositivo intravascular que mantiene la arteria abierta).
Al principio, el paciente estaba inestable, pero luego recuperó el flujo coronario y se restauró en un 100 por ciento en menos de 90 minutos. Se recuperó en terapia intensiva, esto es sumamente importante al menos en las primeras 48 horas porque hay riesgo de oclusión de los dispositivos de las mallas metálicas (stents), de arritmias cardiacas o de insuficiencia cardiaca. Se le realizó un ecocardiograma que nos habla de la función ventricular y esta función quedó preservada en el corazón de nuestro paciente y cinco días después del evento se le dio egreso.
“Este fue un procedimiento exitoso que nos habla de que el tiempo es músculo a nivel del corazón. El triunfo de este caso en particular es que el paciente haya consultado de forma rápida al hospital”.
Por: Dr. Edgar Illescas, Cardiólogo Intervencionista