La belleza de empezar una obra y verla terminar 

A lo largo de su vida, Ángel Rodríguez, socio y directivo de La Bene por más de 10 años desde 1980, demostró ser un individuo polifacético, involucrándose en diversas áreas de la ciencia, la medicina y el deporte. Sin embargo, su corazón siempre estuvo ligado al hospital, donde desempeñó un papel fundamental desde su inauguración. 

La trayectoria del socio Ángel Rodríguez 

A lo largo de su vida, Ángel Rodríguez, socio y directivo de La Bene por más de 10 años desde 1980, demostró ser un individuo polifacético, involucrándose en diversas áreas de la ciencia, la medicina y el deporte. Sin embargo, su corazón siempre estuvo ligado al hospital, donde desempeñó un papel fundamental desde su inauguración. 

Su historia se entrelaza con la de la asociación desde sus primeros días. Nacido en España, llegó a Guatemala a la corta edad de 9 años junto a sus padres, quienes se volvieron socios activos de la asociación. Esta conexión temprana con la institución marcó el inicio de una vida dedicada al servicio y la ciencia.  

Don Ángel estuvo presente cuando se adquirió el terreno para la construcción del hospital en zona 15, un acto de generosidad en el que todos los miembros de la junta directiva, que en aquel momento sumaban 12 en total, hicieron un aval conjunto para comprar el terreno. Los socios de la asociación también contribuyeron con cuotas modestas de alrededor de Q8.00 al mes, tanto para el hospital como para el mantenimiento del Club Español, lo que reflejaba desde sus inicios el compromiso de la comunidad de apoyar las nobles causas de la Asociación Española de la Beneficencia.  

Se graduó como químico biólogo y continuó su educación en Estados Unidos, donde obtuvo un doctorado en biología molecular. Este impresionante logro académico sentó las bases para su futura contribución a la comunidad guatemalteca. 

Cuando el Sanatorio El Pilar fue trasladado de la avenida Simeón Cañas para la nueva y actual ubicación, en 1981, estuvo encargado del laboratorio y banco de sangre del hospital, donde se realizaron las primeras pruebas de detección del VIH, un logro que demostró su compromiso con la salud pública y la prevención de enfermedades en el país. 

Don Ángel compartía su amor por el deporte y la salud. Fue uno de los impulsores de carreras de atletismo que conmemoraban el descubrimiento de América. Participó activamente en la realización del primer y segundo trasplante renal en Guatemala, con la dirección de médicos estadounidenses altamente capacitados. Y fue además quien tuvo la idea de convertir el boletín informativo que les llegaba a los socios en la revista que hoy tienes en tus manos, teniendo la elaboración de esta a su cargo durante varios años. 

Sin duda alguna su historia es una celebración de la dedicación y el servicio a la comunidad y su legado perdurará como un faro de inspiración para las futuras generaciones de socios de la Asociación Española de Beneficencia. 

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