Las cifras elevadas de colesterol (hipercolesterolemia) son uno de los factores favorecedores de la arteriosclerosis; una enfermedad crónica de las arterias que da lugar a trombosis en diferentes arterias, entre ellas las que aportan sangre al cerebro.
Algunos ACV se relacionan de forma clara con la trombosis de la pared de una arteria afectada por una placa de arteriosclerosis y, en estos casos, es especialmente importante controlar los diferentes factores favorecedores de la arteriosclerosis, entre ellos el colesterol.
En aquellos ACV relacionados con arteriosclerosis, también se suele recomendar la toma de unos fármacos conocidos como estatinas que han demostrado reducir el riesgo de padecer un nuevo ictus. Estos fármacos no solo ayudan a controlar los niveles de colesterol, sino que, además, tienen efectos antiinflamatorios y neuroprotectores.
En cualquier caso, no hay que olvidar que los hábitos de vida saludable, como una alimentación saludable y el ejercicio físico, ayudan a controlar los niveles de colesterol, y que los fármacos son un complemento a estas medidas.