Un ataque cardíaco, también conocido como infarto de miocardio o enfermedad coronaria aguda, ocurre cuando el flujo de sangre que llega al corazón se bloquea repentinamente, generalmente debido a la obstrucción de una arteria coronaria. Sin suficiente flujo sanguíneo, el músculo cardíaco comienza a morir, lo que puede provocar daño permanente o incluso la muerte si no se trata rápidamente. Los ataques cardíacos son una emergencia médica y requieren atención médica inmediata.
Los síntomas de un ataque cardíaco pueden variar de persona a persona, pero algunos síntomas comunes de alarma pueden incluir:
- Dolor o molestia en el pecho que puede sentirse como presión, opresión o ardor.
- Dolor o molestia en el brazo izquierdo, el cuello, la mandíbula, la espalda o el estómago.
- Dificultad para respirar o falta de aire.
- Sudoración excesiva o sudor frío.
- Náuseas o vómitos.
- Mareo o aturdimiento.
- Fatiga inusual o debilidad.
Es importante tener en cuenta que algunos ataques cardíacos pueden ser silenciosos y no presentar síntomas, especialmente en personas mayores o con diabetes. Si sospechas que estás teniendo un ataque cardíaco o tienes algún síntoma de alarma, busca atención médica de inmediato. No esperes a que los síntomas desaparezcan o se vuelvan más intensos, ya que cada minuto cuenta en el tratamiento de un ataque cardíaco.