Es una enfermedad crónica que afecta a las vías respiratorias de los pulmones. En las personas con asma, las vías respiratorias se inflaman y estrechan, lo que dificulta la respiración. Los síntomas del asma incluyen tos, falta de aire, opresión en el pecho y sibilancias.
El asma puede ser desencadenada por diversos factores, como la exposición a alérgenos, la contaminación del aire, el ejercicio físico intenso, el estrés emocional o las infecciones respiratorias. Los síntomas del asma pueden ser leves o graves y pueden presentarse de forma intermitente o continua.
El asma no tiene cura, pero puede ser controlado mediante el uso de medicamentos para prevenir los síntomas y para aliviarlos en caso de una crisis. Además, ciertas medidas de estilo de vida, como evitar los desencadenantes y mantener un estilo de vida saludable, pueden ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de los síntomas.
Es importante destacar que el asma es una enfermedad crónica y potencialmente grave, por lo que es importante buscar ayuda médica si se experimentan síntomas de asma o si los síntomas empeoran.