Su bebé puede orinar con mucha frecuencia, cada una a tres horas, o con poca frecuencia, de cuatro a seis veces al día. Si está enfermo o afiebrado, o cuando hace mucho calor, la cantidad de orina que hace habitualmente podría disminuir a la mitad y ser normal de todos modos.
La micción nunca debe ser dolorosa. Si ve algún signo de sufrimiento mientras su bebé está orinando, avise a su pediatra, ya que esto podría ser un signo de infección o de algún otro problema en las vías urinarias.
En un niño sano, la orina es de color amarillo claro a oscuro. (Cuanto más oscuro es el color, más concentrada es la orina; la orina será más concentrada cuando su hijo no esté bebiendo mucho líquido). A veces, en la primera semana de vida, usted verá una mancha rosa en el pañal, que puede confundir con sangre. En realidad, esta mancha suele ser un signo de orina altamente concentrada, que tiene un color rosado. Siempre que el bebé moje, al menos, cuatro pañales al día, probablemente no exista un motivo para preocuparse. Sin embargo, si las manchas rosadas continúan, consulte con su pediatra.
Las niñas recién nacidas pueden tener una pequeña mancha de sangre en el pañal, también generalmente en la primera semana después del nacimiento. Esta sangre es causada por las hormonas de su madre que afectan el útero del bebé. Después de ese tiempo, la presencia de verdadera sangre en la orina o de una mancha sanguinolenta en el pañal nunca es normal, y debe avisar a su pediatra.