¿Qué es?
La alergia a las proteínas de la leche es una enfermedad caracterizada por una respuesta exagerada del sistema inmunitario (defensas) a las proteínas de la leche, principalmente a la betalactoglobulina y caseína, la primera no se encuentra en la leche materna. Estas proteínas son reconocidas como extrañas en el organismo y se inicia la producción de anticuerpos, entre ellos la Inmunoglobulina E y se segregan sustancias químicas como la histamina causantes de los síntomas. Su causa es genética.
¿A quiénes puede afectar?
Suele aparecer desde el nacimiento por el paso de las proteínas de la leche de vaca ingeridas por la madre a través de la lactancia materna o al sustituir la lactancia materna por una fórmula artificial. Los niños pierden la alergia a lo largo de los tres primeros años de vida en el 85% de los casos, en los adultos es muy excepcional.
La alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV) es la alergia alimentaria más común en la infancia. Se estima una prevalencia mundial de un 2% a 6% en niños, con un progresivo aumento en el mundo
Es una de las alergias más frecuentes en la infancia. La intolerancia a la lactosa afecta tanto a niños como adulto
La presentación clínica de APLV es muy variada. Suele involucrar más de dos sistemas, en especial, piel, sistema gastrointestinal y respiratorio
Clasificación y síntomas
Existen 3 subtipos principales de APLV, con distintas características y manifestaciones clínicas:
APLV IgE mediada: Reacción alérgica mediada por IgE. Las manifestaciones clínicas de la reacción se presentan minutos a 2 horas posteriores a la ingesta de proteína de leche de vaca (PLV). Suele presentarse como urticaria, angioedema, reacciones inmediatas orofaríngeas o intestinales (diarrea con pérdida de proteínas y/o sangre en heces).
APLV No mediada por IgE: Reacción mediada por mecanismos alérgicos diversos, pero no por IgE. Se presenta de 48 horas hasta 1 semana luego de la ingestión de PLV. Sus manifestaciones clínicas incluyen: Enteropatías (diarrea, sangre en heces), constipación, reflujo gastroesofágico.
APLV mixta: Se puede presentar con reacciones tanto inmediatas (mediadas por IgE) como tardías (no medidas por IgE) para un mismo alérgeno. Este tipo de APLV puede tener las manifestaciones clínicas mencionadas anteriormente y también puede asociarse a asma y dermatitis atópica.
Los síntomas más frecuentes son los cutáneos (prurito, rash, eritema peri bucal, urticaria, edema de labios y párpados), seguidos de digestivos (picor en lengua, garganta y paladar, diarrea, sangrado en las heces, cólico abdominal, náuseas, vómitos, regurgitación, rechazo al alimento), respiratorios (rinoconjuntivitis, asma, pitidos al respirar) y los casos más graves e infrecuentes anafilaxia (schok). Estos síntomas aparecen en menos de 60 minutos de la toma o de entrar en contacto con la leche.
La intolerancia a la lactosa desencadena síntomas principalmente digestivos, no afecta a tantos órganos del cuerpo como la alergia a la proteína de la leche de vaca.
¿Qué hacer en caso de APLV?
Suspender inmediatamente todo alimento que contenga proteína de leche de vaca estricto e iniciar con la sustitución por fórmulas especiales como: fórmulas extensamente hidrolizada sin lactosa (proteínas partidas y con menos potencial de alergia), fórmulas a base de soja para mayores de 6 meses.
Se debe realizar seguimiento por alergología para determinar si aumenta la tolerancia a las proteínas mediante ingesta de pequeñas cantidades de leche y según mejoría de los síntomas reintroducir progresivamente la leche de vaca a la dieta.
Y es muy importante acudir a tu pediatra si aparece alguno de los síntomas antes mencionados.
La dieta del amor para madres con bebés con APLV
La alimentación de las madres que estén dando leche materna y tengan un bebé con APLV debe ser estricta sin este alérgeno, pero también debe estar libre de soya (por la posible reacción cruzada) y libre de caseína (que proviene de la leche). En general, la alimentación de una madre que solo deba ser libre de proteína de leche de vaca, permite bastantes
la madre de un paciente APLV puede comer:
Cereales: Arroz, pasta que no contenga soya ni leche, papas, mandioca o yuca, alforfón, avena (que no esté contaminada con leche), choclo o maíz, arvejas, habas, quinoa. Pan que no sea elaborado con leche, manteca, mantequilla o soya. Panes elaborados con aceite si se permiten. Porotos o frijoles, lentejas y garbanzos.
Verduras frescas: Todas, excepto los brotes de soya y cualquier otra que pudiera estar contaminada con soya.
Frutas frescas: Todas.
Alimentos que sustituyen la leche: Bebidas de arroz, coco, avena. Pero hay que recordar que estos alimentos jamás tendrán la concentración ni biodisponibilidad de calcio que tiene la leche de vaca, por lo tanto se les suplementa ese mineral.
Embutidos sin leche, caseína o soya.
Carne de vacuno, cerdo, pollo, pescados, mariscos. Todo sin marinar.
Enlatados que no contengan leche, caseína o soya.
Huevos
Aceites vegetales, de oliva, canola, pepita de uva, coco, maravilla.
Frutos secos. Pero hay que tener cuidado con pacientes alérgicos múltiples, para evitar cualquier tipo de reacción que pueda ser confundida con APLV.
Aceitunas que no tengan trazas de leche, caseína o soya.
Palta o aguacate.
Agua envasada, agua de la llave, té, café (dependiendo de cada caso).
Lo más importante que hay que resaltar es lo siguiente: NO SE DEBE DEJAR LA LACTANCIA MATERNA por ningún motivo.